terça-feira, 22 de abril de 2025

El Papado de Francisco marca un antes y un después

 

El Papa Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, realiza una visita de cortesía al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz. Foto: Alex Castro


El único Sumo Pontífice nacido en Occidente, además latinoamericano y jesuita, vivió su Papado desde la austeridad de quien se consideró siempre un pastor devoto




21 de abril de 2025 23:04:48




El mundo está de luto, ha muerto el Papa Francisco. Con él, culmina uno de los periodos más significativos en la milenaria historia de la Iglesia Católica.

Aún con el soplo de esperanza que significó para los fieles verlo el Domingo de Pascuas saludar a los congregados en la Plaza de San Pedro, su salud lo obligó en las últimas semanas a delegar muchas de sus responsabilidades, a pesar de no abandonar causas que convirtió en banderas de lucha, como las injusticias sionistas contra el pueblo palestino, su defensa a la protección del medio ambiente y su vocación irrevocable a favor de los más desposeídos.
El Papa Francisco conversa con el presidente cubano Raúl Castro durante su parada en La Habana para encontrarse con el Patriarca Kirill, en el año 2016. Foto: Estudios Revolución

En los 88 años de su fructífera y entregada existencia, el único Sumo Pontífice nacido en Occidente, además latinoamericano y jesuita, vivió su Papado desde la austeridad de quien se consideró siempre un pastor devoto. Esa vocación, incluso, estará reflejada en sus honras fúnebres, posiblemente las más austeras que ha visto el catolicismo.

A pesar de que los procedimientos de la ceremonia funeraria y la elección del nuevo Papa son casi iguales, Francisco introdujo cambios para que los ritos funerarios se centraran en expresar la fe de la Iglesia en el cuerpo resucitado de Cristo, según explicó a Russia Today el arzobispo Diego Ravelli, maestro de ceremonias apostólicas.

El diálogo interreligioso fue centro de su gestión, porque «abrió la Iglesia al mundo exterior de maneras que ninguno de sus predecesores había hecho antes», escribió Matthew Schmalz, profesor de estudios religiosos del College of the Holy Cross, de EE. UU.
El Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez fue recibido en audiencia privada por el Papa Francisco. Foto: Estudios Revolución

Sostuvo conversaciones con el principal líder religioso chiita en Irak, el ayatolá Ali Al Sistani; intercambió con representantes del Islam y del Judaísmo, logró un acercamiento histórico con la Iglesia Ortodoxa Oriental y trabajó con anglicanos, luteranos y metodistas.

Pero fue su postura inclusiva, jamás vivida por El Vaticano, la que lo convirtió en el Padre que abrió a todos las puertas, hasta ese momento estrictas y conservadoras de la Iglesia.

Con Francisco las mujeres llegaron a la Santa Sede, con el nombramiento de una monja italiana, la hermana

Raffaella Petrini, como presidenta de la Ciudad del Vaticano; con la inclusión de 70 de ellas en el organismo que selecciona a los obispos.

El Papado de Francisco marca un antes y un después.


«Yo quiero mucho al pueblo cubano. Cuba es un símbolo», dijo el papa Francisco. Foto: Ricardo López Hevia

Hoy doblan las campanas por el hombre humilde, el defensor de las causas justas, el Príncipe revolucionario de la Iglesia Católica; por quien abandonó la tierra de los hombres en una modesta habitación de la Casa de Huéspedes de Santa Marta, y pidió su descanso eterno no en la cripta tradicional y encumbrada de la Basílica de San Pedro, sino en la iglesia de Santa María la Mayor de Roma, para estar cerca de su imagen favorita de la Virgen.



GRANMA.CU

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